Autoridades de la UNPHU presentes en la Graduación de noviembre de 2005.
Podemos apreciar a la Licenciada Vidalina González, Vice-Rectora Académica,
el Ing. Carlos Troncoso, Decano de la Facultad de Ciencias y Tecnología,
el Lic. Roberto Reyna, Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD),
la Lic. Ligia Amada Melo de Cardona, Secretaria de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT), el Arq. Miguel Fiallo Calderón, Rector de la UNPHU, el Arq. Eugenio Garrido Saviñón, Primer Vicepresidente en funciones de la Fundación Universitaria Dominicana, entre otras autoridades académicas.
DISCURSO DEL ARQ. MIGUEL FIALLO, RECTOR DE NUESTRA UNIVERSIDAD, CON MOTIVO DE LA GRADUACIÓN DE NOVIEMBRE 2005
Distinguida Lic. Ligia Amada Melo de Cardona, Secretaria de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología
Sr. Eugenio Garrido Saviñón, Primer Vicepresidente en funciones de la Fundación Universitaria Dominicana
Lic. Roberto Reyna, Rector Magnífico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Primada de América
Ilustrísimos Rectores de las prestigiosas Universidades que nos acompañan
Señores Representantes de la Asociación de Rectores ADRU
Señores Miembros de la fundación Universitaria Dominicana
Apreciados Profesores Fundadores
Distinguidos Vicerrectores, Decanos, Directores, Profesores y Personal Administrativo
Invitados Especiales
DISTINGUIDOS Y APRECIADOS GRADUANDOS
Señoras y Señores:
Subo a este podium, por segunda vez, como Rector de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña a entregar el país y a la Sociedad Dominicana, lleno de orgullo, una nueva legión de egresados que vienen a engrosar una larga lista, que se han destacado a lo largo de estos 40 años, entre otras cosas, por la excelencia académica y sus sobresalientes ejercicios en las ramas más relevantes de las diferentes disciplinas del saber.
Nuestros egresados cuentan con un grado de aceptación indiscutible por parte de la sociedad, que los recibe sin ningún cuestionamiento a la pulcritud con que se manejan los expedientes relativos a cada uno de los investidos en esta augusta academia.
Les ha tocado vivir en los inicios del siglo XXI con grandes cambios y tendencias innovadoras. Estas nos indican que asistimos a un nuevo ordenamiento social, el cual tiene como capital básico, el conocimiento. Esto nos plantea numerosos retos, entre otros, la necesidad de entrar a la universidad, tal vez varias veces a lo largo de la vida, a sustituir conocimientos obsoletos.
Apreciados graduandos, asistimos hoy a uno de los actos más importantes y trascendentales de sus vidas, la culminación del esfuerzo y trabajo intelectual sostenido durante varios años.
Este momento quedará grabado en ustedes con la solemnidad con que su Alma Mater los entrega a la sociedad a fin de que se incorporen, poco a poco, pero con firmeza, a los organismos de dirección y liderazgo de todo el país. Porque esto es lo que ha venido haciendo nuestra Universidad en estos 40 años de existencia: Aportar al país profesionales preparados integralmente con un alto nivel de excelencia, lo que le ha ganado el reconocimiento nacional e internacional.
La educación, señores, cohesiona las sociedades y genera riquezas. Invertir en el conocimiento es invertir en el desarrollo integral de nuestra nación. De manera que estos profesionales que salen hoy de nuestras aulas pasan formalmente a insertarse en la fuerza productiva y pensante de nuestra patria, a contribuir, a colaborar, a servir.
El informe UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors, ha afirmado: “de la educación depende en gran medida el progreso de la humanidad…”
Y hoy está cada vez más arraigada la convicción de que la educación constituye una de las armas más poderosas de que disponemos para forjar el futuro. Dicho informe señala también que en un mundo signado por la interdependencia planetaria y la mundialización, el principal peligro es que se abra un abismo entre una minoría capaz de moverse en ese mundo nuevo… y una mayoría impotente para influir en el destino colectivo.
Quiero ahora aprovechar este momento, para destacar que nuestra universidad avanza con pasos firmes y seguros hacia metas de superación y consolidación de su espacio en nuestra sociedad; el cual no puede ser ocupado por nada ni nadie que no sea la misma UNPHU.
Esta se encuentra en estos momentos en una etapa trascendente de su existencia, al cumplir sus 40 años de fundada. Esto es así, ya que sus egresados estamos asumiendo el relevo generacional, tanto de la FUD, que es la institución gestora, sustentadora y patrocinadora de siempre, y que acaba de remozarse con la reciente elección de tres de sus Vicepresidentes, su Secretario y varios Vocales que vienen a aportar nuevos bríos e iniciativas acordes a la etapa actual por la que atraviesa la Universidad, como de la Academia, ya que casi todos sus decanos son egresados con honores de nuestra institución, y en adición a esto cuentan con Maestrías y Doctorados de prestigiosas universidades de EE.UU. y Europa.
Nuestra institución, nacida bajo condiciones muy especiales, como dije una vez en este mismo Auditorio, y por la que han pasado grandes eminencias del saber, tiene también una deuda de gratitud eterna con sus fundadores, cuya memoria está grabada en el bronce inmortal que adorna la entrada del Campus I, para invitar a la reflexión y servir de émulo a los jóvenes estudiantes y profesionales que hoy ingresan a sus aulas, en búsqueda de los conocimientos y formación que requerirán para desenvolverse exitosamente en el competitivo mundo de hoy.
Todo el que ha pasado por las augustas aulas cobijadas bajo el nombre de ese insigne humanista, filósofo, crítico, literario, ensayista, poeta y profesor, quien fue Don Pedro Henríquez Ureña, siente un orgullo muy especial, casi místico, del que serán imbuidos todos ustedes.
Al quitarse las togas y salir fuera de este recinto sentirán y sabrán lo que es el orgullo de la familia unphista; sabrán, señores, lo que es ser egresado de la UNPHU.
Permítanme ahora destacar el apoyo y solidaridad recibido por nuestra institución, de la Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT), bajo la actual dirección de su titular, la Lic. Doña Ligia Amada Melo de Cardona.
Finalmente, deseo referirme a la persona que les dirigirá la palabra a continuación.
No me cabe la menor duda de que en momentos en que la juventud necesita de estímulos y de líderes que hayan forjado su liderazgo sobre la base de cultivar los verdaderos valores que representan la dignidad humana, como son la honradez, la lealtad, la capacidad y sobre todo el servicio a la comunidad en todas las manifestaciones del espíritu, la figura del señor Freddy Ginebra es un paradigma multifacético: Abogado, escritor, periodista, publicista, productor de TV, creador y director de Casa de Teatro, mecenas de las artes en nuestro país, y sobre todo un integral hombre de bien.
De manera pues que estoy seguro que sus palabras serán el aliento que todos necesitamos en la época llena de tantos retos que nos ha tocado vivir.
Muchas Gracias!