Posición de la Facultad de Arquitectura y Artes de la UNPHU frente a la destrucción de los Patrimonios Nacionales

Este es el documento enviado a los medios de prensa que refleja la posición de la Facultad de Arquitectura y Artes de la UNPHU.
La Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), en el Día Internacional de los Monumentos, manifestó su preocupación ante la práctica de aprovechar los días de asueto y festivos para, de manera irregular y sin contar con los permisos emitidos por las autoridades correspondientes, proceder a demoler edificaciones con valor patrimonial. Tales son los casos de  las demoliciones en el frente marino de la Ciudad Colonial de Santo Domingo (CCSD), en el  Paseo Presidente Billini que da inicio al Malecón de la ciudad de Santo Domingo y de las chimeneas de la antigua planta eléctrica del Timbeque, entre otros, parte de nuestro patrimonio industrial, al norte de la CCSD. Esta situación se da ante unas autoridades que, o no responden a su papel de salvaguardar los valores construidos de nuestro país, mostrando  un grado de debilidad institucional preocupante y de cierta forma también un grado de desinterés alarmante o simplemente no tienen la fuerza operativa para hacer cumplir  la Ley.
La situación resulta más alarmante cuando tenemos conocimiento de que en una de las situaciones señaladas hubo una intimación mediante actas de notificación a la institución responsable de la demolición por parte de la Dirección de Patrimonio Monumental y simplemente no se le hizo caso. Esto constituye una demostración de la poca incidencia que esta institución tiene para actuar de acuerdo a lo que establece la ley
De seguir permitiéndose esta práctica de la demolición furtiva, que se ampara en la idea de que la cosa hecha se acepta por irreversible, nos quedaremos sin memoria urbana y sin valores referenciales que actúen como modelos ante las nuevas generaciones, que deben comenzar a asumir su responsabilidad social.
La práctica de la demolición furtiva demuestra la terrible distorsión existente en algunos  sectores especulativos inmobiliarios  que no valoran nuestro patrimonio, expresado en la irónica frase de que “con cultura no se come” y que priorizan el simple valor comercial de un sitio, sin comprender que ese valor se incrementa con el valor agregado patrimonial e histórico. O lo que es lo mismo, que las edificaciones patrimoniales, que el patrimonio histórico y artístico tienen un valor económico superior al simple valor inmobiliario, como lo demuestra el aumento del valor de los inmuebles  en las zonas históricas.

Es pertinente aprovechar la oportunidad para plantear que la gestión de la ciudad colonial debe ser más eficiente, y reformularse  hacia la idea de que el patrimonio histórico es además un activo económico y como tal es una responsabilidad de las diferentes instancias administrativas. Estas deben, al mismo tiempo que salvaguardarlo, dar a los  propietarios y a los inversionistas los incentivos adecuados para asegurar  sus inversiones y propiedades para que sean, además de protegidas, económicamente rentables. Esto así porque muchas de las pérdidas de nuestro valores construidos son producto de una reacción extrema por parte de propietarios y/o inversionistas ante una gestión que muchas veces obstaculiza y hace innecesariamente compleja la permisología de los proyectos.
Ante esta situación alarmante pero remediable, la FAA, quiere llamar la atención a autoridades, instituciones y ciudadanía, y propone:
• Que las instituciones y academias hagan sentir su voz de protesta frente a la práctica de las demoliciones furtivas.
• Considerar una penalización ejemplificadora para los demoledores furtivos, incluyendo la reconstrucción de los inmuebles destruidos.
• Que las autoridades correspondientes deben fortalecer y actualizar  sus instrumentos de planificación
• Invertir los recursos necesarios en la actualización y ampliación del inventario nacional de recursos patrimoniales para no perder la memoria histórica de nuestras ciudades y sitios.
• Proteger nuestro patrimonio industrial compuesto por lo que queda de los grandes ingenios, los puentes metálicos -muchas veces vendidos como chatarra- y edificaciones industriales como la Chocolatera de Puerto Plata.
• Que de una vez y por todas nuestras autoridades cumplan y apliquen las leyes dominicanas.
• Exigir que las instancias administrativas de las instituciones responsables mejoren sustancialmente los procesos de tramitación de proyectos contemplando la implementación de instrumentos tales como la Transferencias de Derechos de Construcción, que protejan los recursos de los propietarios e incentivos a inversiones que cumplan con las normas de preservación.
La FAA UNPHU entiende que ante una práctica como esta que se ha vuelto común en todo el país, que incluye además la práctica criminal de incendiar edificaciones patrimoniales de madera; es una responsabilidad de la Academia denunciar y demandar que se apliquen las leyes y se cumplan las normas. Pero no basta con eso. Debe iniciarse un registro detallado que incluya modelos tridimensionales de los centros históricos, contextos patrimoniales, monumentos, edificaciones y sitios. De esta manera se preservaría aunque sea como documento, nuestra memoria edificada.
 
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Mesa Urbana.
Facultad de Arquitectura y Artes.
Santo Domingo, D.N.
18 de abril de 2016
Día Internacional de los Monumentos